No sé como fueron tus primeros pasos, ni hacia donde los dirigiste. Tampoco sé quien tuvo el honor de recibir tu primera sonrisa, o tu primer llanto. Pero si sé que te gusta pasear agarrados de la mano, sonreír mientras duermes y regalarme tus lagrimas.
Puede que desconozca grandes momentos de tu pasado pero si conozco todos tus pequeños detalles del presente.
Conozco tu forma de andar y de entrelazar tus manos con las mías.
Conozco tus ojos y la forma en que brillan cuando algo te apasiona.
Conozco tu sonrisa y el tacto de tus labios.
Conozco tus manías, tus miedos y tus sueños.
Puede que no haya estado siempre en tu vida, y puede que no conozca muchas de las cosas que hicieron que hoy seas como eres, pero si se que, desde que llegaste a mi vida, has escrito el guión de mi película, de cada momento vivido, de cada objetivo cumplido y de cada batalla vencida, de cada derrota, cada fallo y cada una de mis caídas.
Aquel 24 de Enero no solo naciste tu, nació también mi otra mitad, la que comenzó a formar parte de mi cuando nos conocimos y la que hace que sea quien soy.
Gracias por existir, y por traerme siempre de vuelta a la vida, haciendo que mi corazón no deje de latir nunca.