martes, 30 de junio de 2015

El grito de la canción desesperada...

A veces siento que estoy sumergida en una espiral de oscuridad. Siento que el Mundo se ha despertado con el pie izquierdo y la está pagando conmigo.
Después, me paro a pensar que quizá, y tan solamente quizá, yo haya tenido algo de culpa.
Quizá la culpa sea nuestra y no del Mundo...

Lo que está claro es que lo más sencillo es pensar que nosotros nos levantamos con el pie derecho, y el resto del mundo, con el contrario.
He decidido mil veces dejar de pensar así, intentar ser sincera conmigo misma y obligarme a pensar que la culpa reside en mi, que yo soy quien tiene que cambiar.

Cada una de las veces que he intentado cambiar, algo ha salido bien y algo ha salido mal. Lo que me hace pensar que, todas las veces que me he mantenido fiel a mi misma, siempre ha ocurrido algo bueno y algo malo, luego... ¿Dónde está la diferencia?.
¿Por qué debo volver a intentar cambiar? ¿Por qué debo convencerme de que soy yo la que se levantó con el pie izquierdo?

Ser fiel a nosotros mismos, guardar nuestra esencia, ver la realidad con las pupilas tintadas de verde, marrón o azul...
Todo eso deja de importar cuando te miro, cuando te agarro la mano, cuando te acaricio la espalda...
Y es que te puedo asegurar que ni siquiera el Mundo, por mucho que se levante con el pie izquierdo, logrará callar el grito de mi canción desesperada. Aquella en la que te digo que te quiero, aquella en la que me regalas el mundo, aquella que tan solo tú y yo conocemos.

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